Que todas las personas mayores que pisan cierto hospital «pierdan la chaveta» ?y he aquí el diagnóstico más preciso que han conseguido elaborar los médicos?, podría ser el re¬sultado de una conspiración, un plan terrorista para mante¬ner a los ancianos occidentales con vida hasta el final de los tiempos, pero sin que puedan valerse. Mal de la chaveta. Al menos eso opina uno de los personajes de esta sátira, el ex¬perto en textos apocalípticos y teorías de conspiración. Y ya se sabe que un paranoico es aquel que acaba de darse cuenta de lo que en realidad está pasando.
Los centenarios es un libro humorístico y también un poco trágico, como todo lo que ha escrito Lore Segal, pero la comedia le gana a la desesperación, y a su manera originalísi¬ma, no deja de ser un retrato más o menos realista de la vida contemporánea, con su milenarismo y sus sistemas sanita¬rios, sus padres e hijos que oscilan entre el mal humor y la ternura, y su inmemorial conciencia de la propia mortalidad de los seres humanos.
Lore Segal (Viena, 1928) podría ser la heroína de una de sus novelas. Sus padres consiguieron enviarla a Inglaterra a finales de la década de 1930 en un Kindertransport y, gracias a las cartas que escribía a las autoridades inglesas, la niña Lore consiguió salvar del Holocausto al resto de la familia. Ha sido becaria de la Fundación Guggenheim y finalista del Pulitzer, histórica firma del New Yorker y autora de culto para escritores como Michael Cunningham, Cynthia Ozick y Francine Prose o, ya de otra generación, Jennifer Egan y Shalom Auslander.