En estas enseñanzas holográficas, Jesús expone la muerte tal como es: el más grandioso de todos los mitos inconscientes que han existido desde el principio del tiempo. Él nos anima a ver más allá de sus múltiples disfraces y a superar la muerte en todas sus siniestras formas, tal como Él mismo hizo. Se cree universalmente que la muerte es el único resultado cierto de la vida. Se considera un parte natural y legítima de la vida, el resultado que todos esperamos. La supervivencia del ego depende de la creencia de que la muerte física es innegociable, inevitable e inescapable. Nos considera víctimas de sus propias leyes de tiempo, privación, enfermedad, decaimiento y muerte. En otras palabras, insiste en que somos víctimas de un poder distinto del Amor omniabarcante de Dios. Pero, ¿cómo podría existir otro poder que el Amor de Dios a menos que nosotros, a través de nuestro libre albedrío, decidiéramos valorarlo?