Fue la disposición a abrir mi corazón a todo —también a la oscuridad del sufrimiento— la que hizo posible que la luminosidad resplandeciente del Ser se revelase a sí misma en mi vida. Fue un despertar radical que cambió totalmente mi vida desde dentro. Ocurrió en dos partes. La primera parte me sobrevino en forma de una experiencia visionaria que me proporcionó las claves para la transformación del sufrimiento humano. Pero no fue hasta que se produjo la segunda parte que la innegable realización del despertar se integró en mi ser calándome hasta la médula. A partir de ese momento terminaron por completo todas las historias relativas a la separación y dejé de ser una víctima de la vida.AMODA MAA